Sendero Barrancos – Encinasola (Ruta de los Contrabandistas)
A través de esta ruta el caminante estará siempre en contacto con la naturaleza, disfrutando de sus hermosas vistas, su ganado y de la frescura del agua entre estos dos pueblos fronterizos, hermanados desde hace siglos, donde el contrabando ha sido parte esencial de su día a día (especialmente en periodos de carestía). Este sendero parte del pueblecito portugués de Barrancos colindante con la frontera y atraviesa el norte del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. La comunidad vegetal dominante en la zona es el encinar, elemento principal de las dehesas y que comparte espacio con los alcornoques.
Salimos del pueblo por el camino del cementerio y descendemos por altozanos poblados de huertos y campos en los que pasta el ganado ovino. Una vez termina el descenso, el itinerario alcanza la carretera de Encinasola, vía por la que continúa hasta pasar los antiguos puestos fronterizos, hoy fuera de servicio. Llegados a este tramo, el visitante puede disfrutar de las hermosas vistas que los meandros del río Múrtigas forman antes de abandonar el territorio español y hacer de frontera nacional con Portugal.
La ruta se desvía, un poco antes de alcanzar el kilómetro 27 de la C-439, a la izquierda. Superamos una cancela y descendemos en dirección noroeste por un camino hasta llegar a la rivera del Múrtigas después de dejar atrás la Casa de la Rivera y su bosque de alcornocales. Esta rivera está poblada de chopos, álamos, sauces y fresnos, especies que forman un bosque a medida que seguimos aguas arriba y que otorgan al espacio de una preciosa escala cromática al llegar el otoño.
Por este espacio campean ciervos, jabalíes, nutrias, águilas, garzas o cigüeñas. Mirlos, jilgueros, tórtolas o gorriones forman parte también del paisaje de esta rivera y de Encinasola.
La marcha prosigue y vadeamos la rivera río arriba, donde se encuentra en antiguo paso de ganado Suerte de los Muertos. Ya en la otra orilla pasamos por entre un pequeño olivar y llegamos a la Ermita de la Virgen de Flores, Patrona de Encinasola, donde se reúnen los marochos cada mes de mayo en su Romería.
El territorio del que disfruta Encinasola es de media montaña, con pendientes muy suaves y suelos pobres. Todos estos componentes han facilitado el desarrollo de las típicas y tradicionales dehesas, bosques aclarados de alcornoques y encinas, donde, a menudo, hace acto de presencia el quejigo.
Hasta llegar al pueblo continuamos por un camino donde predominan las retamas y en el que rara vez se encuentra alguna que otra encina y campean el ganado vacuno. Finalmente entramos en Encinasola por la calle Barrancos. Una vez llegados a esta localidad, el visitante puede recrear la vista en los dólmenes de la Edad del Bronce que el municipio conserva, así como los baluartes e iglesias que datan del siglo XVI, época en la que Encinasola era pieza importante dentro de las pugnas entre los Reinos de España y Portugal.
Ficha Técnica
Trayecto: lineal
Duración: 210 minutos
Dificultad: media
Distancia: 17,2 kilómertos
(Puedes descargar Ficheros GPS, perfil y mapa en wikiloc.com)
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