Fiestas Sierra de Aracena

Semana Santa en la Sierra de Aracena

La Cuaresma ha desplegado su manto de aromas a incienso y cera fundida para envolver unas calles serranas que esperan el inicio de una fiesta señalada. Hermandades centenarias ultiman sus preparativos para salir a la calle renovando un ritual con siglos de historia a sus espaldas y con las miras puestas en el tiempo y volver a revivir momentos y sensaciones congeladas en el tiempo.

La Sierra de Aracena  no queda exenta de esta tradición cristiana en la que, desde el domingo 24 al siguiente domingo (31), la música de las Bandas de Tambores y Cornetas volverán a retumbar en un ambiente cargado de aroma a dulces típicos y emociones dispares por la presencia en la calle de las imágenes religiosas con gran veneración a sus espaldas.



Desde Rosal de la Frontera a Zufre y de Santa Ana la Real a Cumbres Mayores, todos los municipios serranos cuentan con alguna representación iconográfica de los últimos días de vida del Mesías cristiano. Estas hermandades son herederas de la importante presencia religiosa que tuvo siglos atrás esta comarca, en la que numerosas órdenes fomentaron el culto y la devoción a distintas imágenes, entre las que destaca la Virgen de los Dolores, con representación en todos los pueblos de la zona.

A partir del Domingo de Ramos (día 24), más de medio centenar de cofradías desfilarán por las calles de los municipios. Gran ambiente y emotividad envolverán las estampas religiosas, un claro recuerdo de los textos del Nuevo Testamento a través de una representación iconográfica cargada de fe, emoción y religiosidad que tiene en la tarde del Jueves Santo (día 28) y la jornada del Viernes Santo (29) dos de sus citas ineludibles, por la magia especial que envuelve el ambiente. Este es el caso de Aroche, donde todavía se celebra un auto sacramental de orígenes medievales en el que se escenifica el descendimiento de Cristo.



Semana Santa gastronómica en la Sierra de Aracena

La Semana Santa tiene tanto arraigo en la vida de cada pueblo que incluso la gastronomía cuenta con un apartado propio en estas fechas. Junto a los platos de vigilia, que carecen de carne entre sus ingredientes, los dulces más exquisitos son los protagonistas de las sobremesas y meriendas. Bacalao hecho de distintas formas, Sopas de Vigilia y otros combinados con pescado o verduras como base se funden esos días con roscos, pestiños, piñonates, florecillas, torrijas o buñuelos, que son recibidos con los brazos abiertos por los más golosos.

Días previos a la Semana Santa, las amas de casa (así como las confiterías y panaderías) han estado transformando la harina, huevos, miel, almendras, nueces, limones y canela, entre otros ingredientes, en deliciosos bocados de ascendencia árabe y que endulzan estos días festivos a cualquier hora.

Cada casa que se visita esos días suele tener estos dulces típicos preparados para ofrecer a sus huéspedes en unas fechas en las que toda la Sierra de Aracena se viste de celebración festiva. Y es que no todo es religioso dentro de la Semana Santa. Numerosos pueblos tienen entre el Sábado Santo y el Domingo de Resurrección (días 30 y 31) una cita festiva con los Judas (figuras que rememoran al apóstol traidor) y con la Gira, una jornada campestre en torno a un producto típico de ese día: el huevo y el bollo.



El Judas de Fuenteheridos

En el primero de los casos, Fuenteheridos es una de las celebraciones más peculiares (noche del día 16), con la quema de estos monigotes de trapo en distintos puntos del casco urbano. Aquí son rellenados con zapatos viejos que, una vez arden y caen al suelo, se convierten en munición con la que dos grupos de vecinos inician una controlada batalla campal.