En torno al tercer fin de semana de mayo se celebra una de las manifestaciones culturales con mayor arraigo de toda la Sierra, la romería de Santa Eulalia. 

A primeras horas del sábado, al compás de la flauta y el tamboril, se congrega el Poleo, en el que los vecinos del pueblo; a pie, a caballo o en carrozas, trasladan el simpecado hasta la ermita de en la Dehesa de la Aguijuela.

Ya en la aldea ritos ancestrales tomarán el relevo: los rezos por fandangos en la ermita y la tarde del río donde, entre tomillo y romero, con el rumor de fondo del Zancolí y el Odiel, y al son de la flauta, el tamboril y la guitarra; el fandango se hace dueño de la tarde y llena con su cadencia el paisaje y el alma de los que se acercan.

El domingo, tras la misa solemne, la Santa procesionará por el Real y se procederá a la cesión de mayordomías. El cante y el baile de los fandangos ante la imagen de Santa Eulalia pondrá el broche final a los actos religiosos. Al caer la tarde, el Poleo iniciará el regreso hacia Almonaster.

 Nacho Suárez Obel