Lavaderos de Higuera de la Sierra, de servicio público a patrimonio etnográfico
Distintos elementos permitieron que Higuera de la Sierra fuese catalogada como Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico Artístico en 2003. Destacado referente de la arquitectura popular serrana, sus construcciones adaptadas a la pronunciada orografía del terreno presentan una lograda fusión con el paisaje.
Entre todos los exponentes de su arquitectura civil destacan tres edificaciones hoy día con un uso distinto al original y que han visto el paso de generaciones y generaciones de higuereñas durante sus jornadas de colada. Higuera de la Sierra conserva sus tres lavaderos públicos, puntos de encuentro décadas atrás para muchas mujeres de la localidad.
Curiosamente, los tres barrios de los que consta el núcleo urbano tienen su propio lavadero. Así, el barrio alto, Las Provincias, disfruta del suyo, anexo a la ermita del Cristo del Rosario y junto a la Plaza de Toros, mientras que en el centro, el lavadero de Enmedio destaca con los tonos rojizos de sus columnas. En la barriada de San Antonio, justo a la salida del pueblo se encuentra el lavadero de La Fontanilla.
Estos tres ejemplos de construcciones civiles, restaurados en los últimos años, demuestran el estrecho vínculo de Higuera de la Sierra con sus manantiales, que abastecían de agua las pilas para el lavado manual de la ropa. El primero de ellos, el de Las Provincias, está situado junto a la ermita del Cristo del Rosario (siglo XVIII). Allí, su cubierta a dos aguas con teja árabe es un espacio de umbría para las calurosas tardes veraniegas. La cercanía de las cristalinas aguas del abrevadero situado junto a la Plaza de Toros permiten al visitante refrescarse antes de iniciar el camino hacia los otros dos lavaderos higuereños.
En la calle de la Fuente, el lavadero de Enmedio es uno de los más singulares por su fisionomía y colorido. El techo de madera tradicional está sostenido por varios pilares de ladrillo rojizo para cubrir de las intemperies meteorológicas a la fila de pilas de mármol existentes. Pese a la restauración vivida hace unos años, los trabajos de mejora conservaron su sabor añejo, que luce hoy como en sus primeros días.
El último del conjunto de lavaderos con encanto que conserva todavía Higuera de la Sierra se encuentra en su barrio más popular: San Antonio. Allí, a las afueras del pueblo, en la zona de La Fontanilla, su inmaculado lavadero forma parte ya del patrimonio de esta barriada, de reciente construcción. También cubierto, su emplazamiento da la bienvenida a todos los viajeros que acceden a través de la Nacional 433.
No Comment