Monumentos Sierra de Aracena

Ermita de San Mamés. Aroche

Aroche es una de las localidades con mayor legado a sus espaldas de todo el Parque Natural. Siglos de historia contemplan a esta ciudad amurallada y a su vasto término municipal, uno de los más extensos de la provincia de Huelva y que da mucho de sí.

Espacios naturales protegidos con presencia de especies amenazadas y zonas de dehesa idílicas se funden con numerosos vestigios patrimoniales que dejaron los distintos pobladores de esta tierras.



Civilizaciones prehistóricas, romanos, árabes y repobladores cristianos han influido sobremanera en el tesoro cultural del que hoy día presume Aroche, fuertemente influenciado también por la cercanía del antiguo Reino de Portugal, que marcó la fisonomía de su castillo fortaleza, primera línea de defensa de la popular Banda Gallega.

Uno de los parajes más vistosos que permite disfrutar el viaje por la carretera Nacional 433 (que une Sevilla con Lisboa) dentro del término municipal de Aroche son los Llanos de la Belleza. Este valle surcado por la rivera del Chanza es un enclave cuyo nombre obtiene fácil respuesta cuando se lo visita. Rodeado por las altas formaciones montañosas que la separan de la zona de La Contienda así como del cerro sobre el que se asienta hoy día Aroche, este espacio presume de acoger a dos de las maravillas históricas más destacadas de toda la Sierra de Huelva.

Ermita de San Mamés Aroche

Nuestra visita se centrará en el edificio que vigila el yacimiento romano de Turóbriga (único visitable en la provincia de Huelva), la ermita de San Pedro de la Zarza, conocida popularmente como de San Mamés. Este templo, erigido sobre los restos de la antigua basílica romana, data del último tercio del siglo XIII y la primera mitad del siglo XIV, aunque sufrió notables ampliaciones hasta el siglo XV, cuando se concluyeron las naves. Curiosamente, su vinculación al yacimiento de Turóbriga es tal que muchos de los materiales utilizados para su construcción provienen de la antigua ciudad romana, a la que todavía sigue ligado.

Cuenta esta ermita con una planta basilical con tres naves separadas por arcos apuntados enmarcados sobre alfiz y presbiterio con bóveda nervada gótica, un ejemplo claro de la denominada arquitectura de Repoblación. No en vano, este territorio fue conquistado a los musulmanes en el siglo XIII, por lo que la Corona de Castilla fomentó la llegada de nuevos vecinos del norte peninsular que trajeron consigo necesidades religiosas así como costumbres que todavía hoy siguen arraigadas. Tanto el campanario como el porche exterior tan característicos se añadieron en el sigo XVIII.

Una vez concluyeron los trabajos en el interior del templo, allá por el siglo XV, se procedió a decorar los amplios muros con escenas religiosas, una práctica idónea para explicar a la feligresía analfabeta los hechos de las Sagradas Escrituras de una forma sencilla y fácil de recordar.



La ermita de San Pedro de la Zarza se vistió profusamente con diversas escenas, muchas de las cuales han vuelto de nuevo a la vida tras permanecer siglos en el anonimato tras varias capas de cal, medida profiláctica de prevención de epidemias como la peste, presente en la zona durante el siglo XVII.

No fue hasta 1984 cuando se tuvo certeza de la existencia de pinturas murales en este templo arocheno, a raíz de la aparición de varios desconchones en la cal del muro del Evangelio que revelaron la presencia de pequeños personajes pintados. Los trabajos realizados por la restauradora Blanca Guillén Arriaga permitieron sacar a la luz un conjunto pictórico que sigue sorprendiendo a quien la visita. De hecho, están declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1987.

Ermita de San Mamés Aroche

Esta primera intervención sacó a la luz una pinturas con técnica mixta: un dibujo al fresco con trazo grueso predominante y terminación al temple, fechadas en la segunda mitad del siglo XV, con colores provenientes de pigmentos minerales (ocres y rojos) sobre el blanco inmaculado de la cal.

Según fuentes municipales, las pinturas murales corresponden al denominado periodo gótico lineal, en las que las líneas perfilan a los personajes y objetos, mientras que el color en tintas planas rellena los espacios. Asimismo, es singular la concepción espacial que presentan.

Esta primera intervención sólo dejó entrever la riqueza cromática que atesoraba la ermita de San Pedro de la Zarza, con una cálida mezcla de color que hace más acogedora y atractiva su visita. Los trabajos llevados a cabo en los últimos años, coordinados por Miguel Ángel Mercado Hervás, han sacado a la luz casi 300 metros cuadrados de color original que estaban ocultos por la cal y en peligroso estado de conservación.

Aunque la decoración interior de la ermita contaría con diversas escenas, hoy día sólo se conservan las de San Cristóbal, la Santa Cena, la Anunciación sobre el arco toral (donde posteriormente se pintó a San Pedro) y la de Santiago y el Castillo almohade.Asimismo, se mantiene una profusa ornamentación geométrica alrededor de los pilares que hace las veces de zócalo y también de las pilastras. La bóveda del ábside también cuenta con pinturas jaspeadas e imágenes de querubines.



La iconografía de San Cristóbal es típica en templos que acogen a peregrinos, ya que durante la Edad Media fue considerado su Patrón (hoy día lo es de los conductores y viajeros). Curiosa también es la representación de la Santa Cena, con Cristo en el centro de la composición durante el Sacramento de la Comunión. Este modelo compositivo es similar a la Cena del refectorio del Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce (Sevilla), fechado a mediados del siglo XIV.

La escena de la Anunciación es una representación sencilla de esta iconografía cristiana, sin elementos decorativos excepto los dos personajes (la Virgen y el Arcángel San Gabriel) y un reclinatorio de madera estilo gótico – mudéjar.

Los trabajos de restauración y consolidación de las pinturas murales en el interior de la ermita de San Mamés han transformado por completo el interior de este templo, que poco tiene que ver con lo que se conocía de él hasta ahora.

La calidez cromática que se le ha conferido ofrece una oportunidad de conocer un poco mejor cómo era su estado original, todo un lujo en un espacio natural de gran atractivo.

TOMA NOTA

Más información

www.aytoaroche.es | Oficina Municipal de Turismo de Aroche:  Teléfono 859 99 30 38

Horario de visitas: Martes a Jueves, de 9 a 14,30 horas. Viernes a Domingo, de 11 a 17 horas. Lunes cerrado