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El jamón ibérico y el arte, una vistosa y sabrosa fusión

El cerdo ha estado junto al hombre desde los albores de su historia y esta relación tan directa no solo ha marcado parte de su vida social, gastronómica, cultural o económica, sino que también ha salpicado el mundo del arte dejando una extensa estela de documentos, libros, citas, poemas u obras de arte que atestiguan la importancia de este animal  a lo largo de los siglos.



La huella del cerdo y de su producto más preciado, el jamón, ha estado presente en distintas expresiones artísticas desde los griegos, pasando por los romanos, la aparición de la Hispania visigoda, la sociedad medieval, la Reconquista, el Renacimiento, el Barroco o la Edad Moderna hasta llegar a la actualidad, donde constantemente existen alusiones al jamón en el mundo del arte.

El Jamón durante el Imperio Romano

Antes de que la Península Ibérica fuera romanizada ya aparecen referencias constantes en escritos que se refieren al jamón como un producto gourmet propio de los estamentos más elevados. Un ejemplo de ello se encuentra en el libro tercero de la Geographika dedicado a Iberia y escrito por Strabon (s I a d. C) que reza “…la mayoría de ellos están ocupados por los Kerretanoí, pueblo de estirpe ibérica, entre los que se hacen excelentes jamones”.

También en la época romana existen múltiples alusiones al jamón en documentos escritos por diferentes autores, como Marcial cuando ensalza sus virtudes: “del país de cerretanos o manapios traedme un jamón, y los golosos que se ahíten e filetes”.

Monedas de época romana con imágenes de jamón y forma de pernil

El jamón no sólo aparece en poemas o cuentos de la época ya que el cerdo era tan valioso que en la época de Augusto y Agripa se crearon monedas romanas con la forma de un jamón. También han aparecido figuras de cerdos y jamones en medallas consulares usadas como distintivo militar, un hecho que se repite en los celtas y en los galos prerrománicos.

La relación jamón y arte es constante a lo largo de los siglos. Ya en el Siglo de Oro (siglos XVI-XVII) nos encontramos abundantes citas sobre el jamón de la Sierra de Aracena durante los años en que Arias Montano se retiró a la Peña de Alájar para buscar paz y tranquilidad.



Así lo manifiesta más tarde Lope de Vega: “jamón presunto de español marrano /de la Sierra famosa de Aracena/ a donde huyó de la vida Arias Montano”.

También Aracena y su jamón fue inspiración para Baltasar de Alcázar en su cuarteto titulado ‘Tres cosas me tienen preso’ y que dice “tres cosas me tienen preso de amores el corazón, la bella Inés, el jamón y berenjenas con queso (…). Alega Inés su beldad. El jamón que es de Aracena, el queso y berenjena, la española antigüedad”.

Escultura de cerda amamantando a sus crías en la sala de animales de los Museos Vaticanos.

Ensalzar este producto gastronómico en libros y poemas era algo muy habitual en esta época y existen multitud de documentos que lo atestiguan.

Alonso del Castillo escribe en ‘Donaires del Parnaso’: “Llegó la señora Pascua, volvió el Carnal a vivir, exhibiendo las licencias para atreverse el pernil. Con el limón y pimienta se sazonó la perdiz, y aplicósele el carnero la salsa de perejil”.

Durante el barroco español (siglo XVIII) el jamón se constituyó en referente de los diversos estamentos sociales que poblaban la España de los Cervantes o Quevedo, existiendo múltiples referencias en el mundo del arte.

Juan Rodríguez Florián, en su comedía ‘Florinea’ apunta: “Allá están dos pares de perdices y tres aves y una pierna redonda de carnero, y un solomo de vaca y una gran puesta de pernil para hacer olla”.

También el poeta lírico del siglo XVIII Francisco Gregorio de Salas, en su poema Pascua, dice: “Llega la Pascua y en su alegre día el prioste de alguna cofradía me suele regalar el cuarto entero del más grueso carnero una rosca calzada y una gran empanada, algún dulce pernil de buen tocino, con algún botijón de rico vino”.

Influencia del jamón en el mundo de la pintura

No sólo la literatura ha sido fiel reflejo de la relación jamón y arte, ya que el mundo de la pintura también se ha visto salpicado de la influencia de este producto culinario y no sólo en España.

'Naturaleza muerta con jamón', de Manet.

Un ejemplo de ello lo constituye el cuadro de Edouard Manet (1880) ‘Naturaleza muerta con jamón’. Esta obra de arte supuso un cambio importante en la forma de entender los bodegones europeos desde el Renacimiento, donde aparecían habitualmente flores, pescados, piezas de caza o frutas, pero no una pieza de jamón. Algunos estudios dicen que pudo ser una muestra más del deseo del autor de relacionar su obra con la vida moderna.



Nueve años después, Paul Gauguin presenta una obra con el mismo motivo, donde un jamón y una copa de vino destacan sobre una mesa de metal. El jamón ha sido protagonista en numerosas pinturas a lo largo del tiempo, como en el bodegón ‘jamón, Huelva y pan’ de Luis Meléndez y que actualmente se encuentra expuesta en el Museo de Prado, poniendo de relieve la importancia que desde siempre se le ha dado a este producto como delicia culinaria.

Estas obras son solo una pequeña muestra de la relación que desde siempre ha existido entre los conceptos arte y jamón, un producto que ha estado históricamente ligado a la economía, a la cultura y a la gastronomía de los distintos pueblos que han pasado a lo largo de los siglos por la Península Ibérica.

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